
En un país donde el cáncer de mama constituye la primera causa de muerte oncológica entre mujeres, los avances en diagnóstico temprano no son un lujo, sino una necesidad urgente y un derecho. En este contexto, un grupo de investigadores del CONICET presentó MammoInsight, una plataforma web que integra inteligencia artificial y mamografías digitales para mejorar la precisión y la rapidez de los diagnósticos. El anuncio, realizado en agosto de 2025, pone de relieve el papel del sistema científico público argentino en la creación de soluciones que combinan excelencia académica, innovación tecnológica y un compromiso directo con la salud de la población. De ahí la necesidad también de mantener un financiamiento adecuado para la investigación y desarrollo.
MammoInsight está liderado por el Instituto de Química Básica y Aplicada del Nordeste Argentino (IQUIBA-NEA), dependiente del CONICET y la Universidad Nacional del Nordeste. Allí, un equipo multidisciplinario trabajó en el diseño de una herramienta que permite estandarizar informes médicos y reducir la variabilidad entre diagnósticos. La plataforma funciona como apoyo al trabajo de radiólogos y oncólogos, y no como reemplazo: analiza las imágenes y propone una clasificación de riesgo que luego debe ser revisada por el profesional. Esta articulación entre capacidad humana e inteligencia artificial es clave, ya que no busca desplazar el criterio clínico sino reforzarlo con datos objetivos y más consistentes.
La propuesta tecnológica se distingue también por su arquitectura: combina servidores locales y procesamiento en la nube para garantizar velocidad de respuesta y seguridad. El equipo desarrollador subrayó que el sistema se diseñó desde el inicio con criterios estrictos de privacidad, algo fundamental que ya hemos tratado en estas columnas, en lo que a manejo de datos médicos se refiere. Sólo profesionales autorizados pueden acceder a los informes generados y los algoritmos fueron entrenados con bases de datos consensuadas, lo que busca evitar problemas de sesgo o filtración de información.
Más allá del impacto médico, este proyecto exhibe una faceta que suele pasarse por alto: la importancia estratégica del CONICET como motor de innovación social. En un contexto de recursos limitados y políticas de salud fragmentadas, que una institución científica pública logre desarrollar y sostener herramientas de vanguardia tiene un valor doble. Por un lado, refuerza la capacidad local de producir tecnología propia sin depender completamente de importaciones costosas. Por otro, asegura que el conocimiento se oriente hacia necesidades concretas de la población argentina, como la detección temprana del cáncer de mama, que cada año suma más de 22.000 diagnósticos en el país.
La utilización de inteligencia artificial en salud genera debates que no podemos obviar. Las dudas sobre privacidad, autonomía profesional y riesgo de errores son legítimas, sin embargo experiencias como MammoInsight muestran que, cuando la IA se emplea de manera complementaria y bajo control humano, puede ser un recurso positivo. Lejos de desplazar a los profesionales, este tipo de plataformas les permite focalizarse en la parte más compleja de su tarea, liberándolos de cargas repetitivas y reduciendo la posibilidad de fallas humanas en la lectura de imágenes. El beneficio social es directo: diagnósticos más tempranos que aumentan la posibilidad de tratamientos exitosos y reducen los costos del sistema sanitario en etapas avanzadas de la enfermedad.
También es necesario situar este avance en el escenario político e institucional: la reciente disolución del Instituto Nacional del Cáncer, que cumplía un rol clave en las políticas de tamizaje y prevención, deja en evidencia lo frágil que puede ser la continuidad de programas de salud pública en el país. La IA puede ayudar a reducir desigualdades, pero también puede ampliarlas si no se acompaña con políticas de equidad y financiamiento sostenido.
El proyecto MammoInsight ya ha recibido reconocimientos en instancias nacionales e internacionales, lo que evidencia que su impacto trasciende el laboratorio. Haber sido finalista en convocatorias como el Premio IA Transformadora 2024 y el Ideatón Salud 2023 muestra que existe un ecosistema que reconoce la relevancia de aplicar la inteligencia artificial a problemas de salud de alta incidencia. Esto también abre la posibilidad de futuras alianzas entre el sector científico, el sistema sanitario y organismos multilaterales que podrían escalar la iniciativa a nivel regional.
La conclusión que se desprende de esta experiencia es clara: la inteligencia artificial, lejos de ser un recurso futurista, puede convertirse en una herramienta tangible y concreta para mejorar la salud pública. Cuando está respaldada por instituciones como el CONICET, se demuestra que la innovación no tiene por qué ser patrimonio exclusivo de empresas privadas, sino que también puede surgir desde universidades públicas y equipos científicos locales.
El verdadero desafío ahora no es tecnológico, sino político. Asegurar financiamiento, sostener infraestructura y definir políticas públicas que permitan escalar la plataforma son las condiciones necesarias para que MammoInsight deje de ser una promesa de laboratorio y se transforme en una política de salud efectiva. La inteligencia artificial puede ser aliada en la lucha contra el cáncer de mama pero para que ésta se cumpla, hace falta un Estado presente que ponga en valor el conocimiento científico, invierta en su desarrollo y garantice que sus frutos lleguen a todas las mujeres del país, sin distinción de origen o nivel socioeconómico.
